Iván Vélez sobre la alegría de ayudar a los demás

El gerente de programas de Smile Train para Sudamérica comparte su trayectoria y porqué ama este trabajo

Iván and a young patient play with a balloon

Cuando Iván Vélez piensa en generosidad, piensa en sus padres.

Creció en Medellín, Colombia, en la era de Pablo Escobar, cuando el narcotráfico y su ruina dominaban la ciudad. Cuando era adolescente, veía a sus amigos ser atraídos con la promesa de dinero fácil y autos rápidos. Muchos de esos amigos no sobrevivieron. 

"Lo que ve en las películas, lo vivimos", dice.

Iván smiles for the camera
Iván Velez

A pesar del entorno peligroso, Iván disfrutaba de una vida hogareña cálida y donde lo apoyaban. Su madre y su padre trabajaban por un salario mínimo, pero siempre lo enviaban a buenas escuelas privadas. Siempre recibía regalos en Navidad. Años más tarde, con la perspectiva de la edad adulta, se maravilla del esfuerzo de sus padres.

"Cuando pude hablar con mi papá de hombre a hombre, le dije: 'Eres un mago. ¿Cómo lograste todo?' Y él dijo: 'Bueno, también tuvimos a tu mamá'", recuerda Iván.

"Mi mamá ahora tiene 85 años y acaba de renunciar a su licencia de conducir. Ella es una mujer muy fuerte. Ella y mi papá son la razón por la que creo en la persistencia, la disciplina y el trabajo duro".

Gracias a un hogar amoroso y una buena cabeza sobre sus hombros, Iván evitó el destino que acaeció sobre tantos otros hombres y mujeres jóvenes que conoció en Medellín. Fue a la universidad, obtuvo un título en negocios y luego se estableció en un trabajo en la ciudad.

Ampliando horizontes

Cuando Iván estaba en los últimos años de sus 20, recibió una llamada telefónica. Era su primo en Los Ángeles, quien le dio una idea.

"Ven a quedarte con nosotros por seis meses", dijo, "Toma una clase de inglés como segundo idioma".

Suena divertido, pensó Iván. Hizo las maletas y reservó un vuelo, deseando probar por primera vez los EE.UU.

Se quedó durante 15 años.

"Tuve problemas para aprender el verbo 'ser/estar'", se ríe.

Iván visits a Smile Train patient and his family
Iván visita a un paciente de Smile Train y su familia

A Iván le encantaba Los Ángeles. Estaba enamorado de la cultura y los valores estadounidenses: libertad, democracia, igualdad. Su tía, una trabajadora social para la juventud de la ciudad, se convirtió en una segunda madre. Ella reforzó el espíritu de generosidad y amabilidad de sus padres.

Al trabajar para empresas estadounidenses, Iván se dio cuenta del tipo de profesional que quería ser: dedicado, motivado, comprometido con los demás. Describe las lecciones que aprendió durante este tiempo como "tesoros".

"Un propósito superior"

Iván regresó a Medellín en 2008 como un hombre cambiado. Consiguió un trabajo como profesor de inglés en el Instituto Winston Salem. Sus jefes reconocieron su compromiso con sus estudiantes de inmediato. En poco tiempo, fue ascendido a director general.

Iván demostró ser un ferviente defensor de transformar la vida de las personas a través de la educación. El Instituto recibió fondos municipales para enfocar la enseñanza en vecindarios afectados por la criminalidad, e Iván pronto se encontró sentado con líderes de pandillas para hablar sobre cómo ayudar a los niños locales. Los niños, algunos de tan solo ocho o nueve años, entraban a estas reuniones y sacaban armas, las colocaban sobre la mesa antes de ponerse manos a la obra.  

"Venía a reunirme con los 'malos' y me preguntaban: '¿Qué aportarás  a esta comunidad?'", Iván recuerda.

"Mi respuesta siempre fue la misma: 'Un futuro más brillante para los niños'. Luego les explicaba: 'Traeremos programas de idiomas, música, informática. Mostrémosles un camino diferente. Si lo ven, lo tomarán'.

"Cambiamos la vida de muchos niños de esa manera", sonríe.

Iván poses with Smile Train patients and families in Bolivia
Iván con pacientes y familias de Smile Train en Bolivia

Dar clases en Winston Salem le enseñó mucho a Iván sobre sí mismo. Lo ayudó a darse cuenta que le gustaba el trabajo que tenía un propósito superior y le gustaba empoderar a los demás, permitiéndoles vivir con mayor plenitud.

Entonces, cuando descubrió una vacante en Smile Train 10 años después, sintió la promesa de otra oportunidad emocionante para hacer lo que más ama: mejorar la vida de las personas todos los días.

Su dedicación y entusiasmo sonaron alto y claro en sus entrevistas, incluso a través de Zoom. En octubre de 2020, en el apogeo de la pandemia de coronavirus, comenzó a trabajar como el nuevo Gerente de Programas de Smile Train para Sudamérica.

Disponible

En este cargo, Iván supervisa a los aliados médicos locales de Smile Train que ofrecen tratamiento de fisura labio palatina  en Colombia, Bolivia, Ecuador y Venezuela.  

Alianzas como estas están en el corazón del modelo sostenible de Smile Train. En lugar de llevar médicos externos por una o dos semanas para "programas de corto plazo", Smile Train brinda a los médicos y profesionales médicos locales en más de 75 países la capacitación continua y los recursos que necesitan para establecer centros permanentes y sostenibles para el tratamiento de la fisura labio palatina en sus propias ciudades y pueblos.

Iván se asegura que sus aliados siempre tengan lo necesario para funcionar sin problemas. Se mantiene en comunicación con ellos regularmente, supervisa la calidad de la atención, ayuda a implementar nuevos programas y ayuda con cualquier problema que pueda surgir.

Es un trabajo que no para. Es por eso que el primer movimiento de Iván fue hacer saber a todos los aliados bajo su responsabilidad, que podían comunicarse con él las 24 horas del día, los 7 días de la semana, y él respondería.

"Entiendo que los cirujanos y los profesionales tienen horarios diferentes", dice. "Responden a correos electrónicos y hacen llamadas fuera de horario, en días festivos, los domingos”.

"Siempre les digo que nunca es demasiado temprano, nunca es demasiado tarde. Siempre estoy a un clic de distancia".

Comienza cada semana haciendo sus "rondas", consultando con todos sus médicos y equipos, incluso si es solo una breve llamada o mensaje.

"Les hago saber a los socios que estamos aquí y que nos importa", dice.

Iván poses with a Smile Train-sponsored medical team in Bolivia
Iván con un equipo médico patrocinado por Smile Train en Bolivia

Iván prioriza las visitas en persona siempre que sea posible. Con los socios que se encuentran a poca distancia de Medellín, él va tan a menudo como pueda, ya sea para ayudar con las auditorías de seguridad periódicas de Smile Train o para ayudar con eventos especiales como Journeys of Smiles o presentaciones del Coro de Smile Train.

Para los centros asociados más alejados, intenta visitarlos al menos dos veces al año. Cuando se une un nuevo centro asociado, va de inmediato.

"El mundo virtual es importante", señala. "Pero cuando te das la mano o compartes un abrazo, eso es otra cosa. Juntos se puede lograr mucho más".

Repartiendo sonrisas

Uno de los logros de los que Iván se siente más orgulloso es ayudar a expandir significativamente las ofertas de atención no quirúrgica de fisura labio palatina en su región, como el apoyo nutricional que salva vidas, el cual hace posible la cirugía, así como la ortodoncia posquirúrgica, servicios de terapia de lenguaje, asesoramiento psicosocial y más.

Iván and a group of cleft patients smile together
Todos juntos, todo sonrisas

"Las alianzas para cirugía de fisura labio palatina son solo el inicio del camino", señala Iván. "Cuando agrega otra atención integral a la ecuación, obtiene resultados mucho mejores”.

"Déjeme contarle una hermosa historia. Tuvimos un paciente en la Fundación Clínica Noel, nuestro increíble socio aquí en Medellín. Tenía unos 50 años y era soltero. Había vivido toda su vida confisura labio palatina . Luego se enamoró y decidió buscar tratamiento para la fisura labio palatina. Llegó a la Clínica Noel, se sometió a una cirugía más atención integral para la FLAP y, a los 60 años, finalmente se casó".

Iván podría seguir contando historias como esta. Está el joven paciente que hizo llorar a los ejecutivos de Dentsply Sirona con su discurso de agradecimiento.  O aquel médico venezolano que realizó cirugías de fisura labio palatina  de forma gratuita durante años, sin inmutarse por la inestabilidad política que hizo imposible que Smile Train transfiriera dinero a su país. Para Iván, cada historia es una prueba viviente de  porqué el trabajo importa: el coraje de los pacientes, la dedicación de los equipos médicos, el espíritu humano que los une a todos.

Difundiendo el mensaje

Incluso con todo lo que ha logrado, Iván tiene planes ambiciosos para el futuro. Quiere hacer más divulgación en las áreas rurales donde la conexión a Internet es escasa y es mucho menos probable que las personas afectadas por FLAP conozcan a Smile Train. Colombia también alberga poblaciones indígenas que viven de manera autónoma en regiones remotas y, a menudo, tienen creencias culturales distintas sobre lafisura labio palatina . Él cree que llegar a estas comunidades y educarlas sobre la fisura labio palatina, sería un cambio revolucionario, que salvaría vidas.

"Las campañas de concientización son extremadamente importantes para nosotros", dice Iván. "Tenemos mucho que hacer en este área".

No importa el desafío, Iván está listo para él. Él continuará estando disponible incondicionalmente para los pacientes, aliados y la comunidad más amplia de fisura labio palatina.  

"Estoy muy agradecido de estar aquí haciendo esto".

Iván and a young patient are fascinated by a toy
¡Gracias, Iván!

Ayude a apoyar al personal que brinda tratamiento de fisura labio palatina y que cambian la vida a niños de todo el mundo.