Andrea Anaya: "El ingrediente para que la labor tenga impacto es hacerlo con el gusto y la pasión que se merece"
Andrea Anaya es gerente de programas de Smile Train Centroamérica. En esta oportunidad, nos cuenta sobre su comienzo en Smile Train, los objetivos y metas en la región para el 2021, sus recuerdos favoritos de la organización y mucho más.
¿Cómo conociste Smile Train?
Smile Train me encontró en 2016. Yo llevaba tiempo trabajando en el sector sin fines de lucro, había trabajado en otras fundaciones, como organizaciones por derechos de las mujeres y de las personas en situación de calle y situación de tránsito. Estaba un poco entre trabajos cuando recibí un correo de un querido amigo avisándome que una organización llamada Smile Train estaba buscando a alguien y que él creía que el puesto iba con mi perfil. En realidad desde que conocí a Smile Train me enamoré de esta causa y este modelo de trabajo. Sentí un poco que fue el destino que me había traído desde hacía años a este punto. Y heme aquí.
¿En qué consiste tu trabajo?
Soy gerente de programas de Centroamérica, lo cual significa que doy seguimiento a los socios de Smile Train en Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Panamá. Esperamos que muy pronto también en Costa Rica y Belice. Mi función es trabajar de la mano de nuestros socios en la región para constantemente buscar oportunidades de crecer, llegar a más pacientes, poder ofrecer un mejor nivel de atención y que el apoyo de Smile Train pueda llegar a donde y como más se necesita, enfocando esfuerzos de acuerdo a las circunstancias sociales y económicas de cada uno de estos países para que juntos podamos continuar cambiando el mundo una sonrisa a la vez. También me toca buscar crear nuevas alianzas en. Y otra parte que me encanta de mi trabajo es el área de proyectos especiales, en la que damos forma e implementamos proyectos innovadores en capacitación, tecnología, seguridad, calidad, estrategias de tratamiento, etc.
¿Cómo tu formación profesional (Gestión de la Cultura) ayuda en la misión de Smile Train?
Hay una historia que me gusta contar para explicar esto… Alguna vez, en la clase de la antropóloga Margaret Mead un estudiante le preguntó lo que ella consideraba ser la primera señal de civilización en una cultura. El alumno esperaba que Mead respondiera algo relacionado con el uso de herramientas o materiales. Pero no. Margaret Mead respondió que la primera señal de civilización en una cultura antigua era un fémur roto y cicatrizado. ¿Suena extraño, no? Pero es verdad. En el reino animal, si te rompes una pierna, mueres. Porque ya no puedes cazar tu comida ni huir del peligro. Un fémur roto que cicatrizó es evidencia de que alguien tuvo tiempo para quedarse con esa persona, cuidó su herida, lo mantuvo seguro y lo alimentó y cuidó hasta que se recuperó. En ese sentido, “ayudar a alguien durante la dificultad es donde comienza la civilización”, así lo dijo Mead. Uno piensa que la cultura es el arte y la educación, pero en realidad cultura es todo lo que no es natura. La gestión de la cultura también es la procuración del cuidado del otro y la lucha por los derechos humanos. Es por eso que una de las áreas de especialización en Gestión de la Cultura es la de manejo de organizaciones sin fines de lucro. Y esa es la razón que decidí dedicarme a esto. También estoy actualmente haciendo un diplomado en línea en derechos de los niños, por la Universidad de Ginebra… la verdad es que el aprendizaje nunca acaba a lo largo de la vida ¡y eso me encanta!
¿Qué es lo que más te gusta de Smile Train?
Es difícil escoger sólo una cosa. Me encanta nuestra causa, el poder ayudar a cambiar la vida no sólo de un paciente sino de toda su familia, y hasta su comunidad, y hacerlo ni más ni menos que creando SONRISAS… ¿no suena mágico? Me encanta nuestro modelo de trabajo, porque invertir en el talento local realmente hace una diferencia en todos los niveles, desde en la calidad del tratamiento que reciben los pacientes hasta el impacto económico que tiene a largo plazo. Eso me hace sentir increíblemente orgullosa de trabajar en Smile Train, porque es una organización congruente, íntegra, empática, y con un impacto gozosamente tangible. Me encanta nuestro equipo, porque realmente somos una familia internacional, y todos y cada uno de mis compañeros en Smile Train son gente a la que quiero y admiro muchísimo, tanto el ámbito profesional como en el personal. Y finalmente, me encanta poder conocer a tanta gente maravillosa, nuestros socios, que son personas talentosísimas y con corazones enormes, dedicadas al servicio con tanto amor y pasión… y nuestros pacientes y sus familias, de los que aprendemos muchísimo todos los días por su valentía, resiliencia y actitud.
¿Por qué crees que hay tantos mitos alrededor del LPH? ¿Cómo podemos hacer para combatirlo?
Creo que es falta de información simplemente. Cuando los seres humanos no tenemos la información completa o certera, llenamos esos huecos con mitos y leyendas. Pero eso ocasiona que se creen estigmas, que afectan a los pacientes y a sus familias a nivel psico-social, con situaciones como el bullying, la exclusión social y la angustia de pensar que no hay remedio. Esa es una gran parte de nuestra labor, que el público en general tenga acceso a la información alrededor de esta condición y su tratamiento, que se conozca su incidencia, su importancia y su solución. Lo que podemos hacer, y estamos haciendo, es buscar compartir desde nuestra trinchera y a través de nuestros socios, información asertiva y completa sobre qué es el LPH, por qué sucede, cómo debe ser su tratamiento, qué deben hacer los papás cuando se enteran que su bebé nacerá con una fisura, por qué no debe usarse el término “Leporino”, qué ideas tenemos erróneas sobre esta condición, etc. Desde el boca en boca hasta en medios masivos. E invitar a las instituciones de salud a sumarse a estos esfuerzos de concientización.
¿Cómo se encuentra la región de Centroamérica y cuáles son los objetivos para este 2021?
Actualmente en Centroamérica estamos en 5 países, trabajando en 10 hospitales, a través de 9 socios activos. Estamos realizando un promedio de 450 cirugías al año, además de nuestros programas de ortopedia prequirúrgica, ortodoncia, terapia del lenguaje y nutrición. Estamos creando esfuerzos de capacitación continua tanto para cirujanos nuevos (buscando interesar a nuevos residentes de Cirugía Plástica y Maxilofacial) como especializados (ofreciendo entrenamientos uno a uno con algunos de los mejores cirujanos de la región), así como especialistas de otras áreas. Durante la pandemia por COVID-19 hemos adaptado nuestros programas para poder seguir ofreciendo terapia del habla a través de teleasistencia, y ofrecer capacitaciones en línea para nutriólogos, ortodoncistas y otros. El 2021 será un año muy interesante, porque seguimos adaptándonos a la nueva normalidad implementando nuevos protocolos de seguridad y de trabajo a distancia, y seguimos expandiendo nuestro alcance. Se viene un gran año, estoy segura que con todo lo que nos han enseñado los muchos retos de este 2020, somos más fuertes que nunca. Esperamos comenzar nuevas alianzas en Belice y Costa Rica, capacitar a nuevo personal para el tratamiento del habla, abrir nuevos programas de ortodoncia y continuar invirtiendo en la seguridad y calidad de nuestros tratamientos.
Para ti, ¿qué significa: "Cambiar el mundo una sonrisa a la vez"?
Para mí, cambiar el mundo una sonrisa a la vez significa poner el corazón y el alma en cada uno de nuestros pacientes, en cada uno de nuestros socios, en cada uno de nuestros proyectos, como si cada uno de ellos fuera el único. Y uno a uno, se suman para crear el gran impacto que tiene Smile Train a nivel global. No trabajamos en serie, sino artesanalmente, y en comunidad.
¿Qué haces día a día para crear sonrisas para siempre?
Amar lo que hago y hacer lo que amo. Creo que el primer ingrediente para que la labor de uno tenga impacto es hacerlo con el gusto y la pasión que se merece. Creo que soy muy afortunada de poder coincidir en esta visión con mi equipo y mi organización, porque juntos hacemos esto posible todos los días.
¿Alguna anécdota con Smile Train que te haga sonreír?
Yo creo que las anécdotas que siempre me sacan una sonrisa son de cuando hacemos visitas a casas de pacientes. Siempre nos reciben con mucho cariño y con los brazos abiertos, y es bellísimo ver el impacto que un tratamiento de calidad y con seguimiento puede tener en los niños y sus familias. En alguna ocasión fuimos a visitar a una familia en la aldea rural de Patzún, Guatemala. Varios miembros de la familia han nacido con LPH y, por generaciones, todos han sido atendidos por nuestro socio local, un excelente cirujano. Como sorpresa nos recibieron con comida recién hecha, todo hecho a mano, directo del comal ¡delicioso! Convivimos largo rato, nos platicaron su historia, jugamos a saltar la cuerda… Fue una tarde muy hermosa.
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